Totalmente remodelado, es el mejor de todos los tiempos, en todos los sentidos. Llegados a este punto ya sabemos que el Corvette nunca ha sido un deportivo de pura raza, pero tampoco lo ha pretendido. Prácticamente «encerrado» en el mercado norteamericano, se ha hecho al gusto, estilo y exigencias del conductor de aquel país. Hasta ahora. El C6 puede mirar de tú a tú a un Audi S4 Cabrio o a un BMW M3. Aún le queda un pelín por delante el Porche 911, más que nada por calidad de fabricación. Y no puede, ni ninguno, con Aston Martin o Ferrari que son decididamente «galácticos». Tales son los cambios con el nuevo C6 y tal el la confianza en el nuevo producto que General Motors ha decidido crear una nueva división, y registrar Corvette como marca y no como modelo. La distribución se ha expandido por lo que ya no estamos ante un coche de importación con el que no sabemos que hacer si se estropea. Han aprendido. Fabricado desde hace dos generaciones en la planta de Bowling Green, en Kentucky, es 125 mm más corto y 25 mm más estrecho que el anterior pero su distancia entre ejes es 30 mm mayor. La longitud total es de 4.435 mm y la anchura de 1.844 mm. ¿La altura?, de récord: 1.246 mm. La carrocería está fabricada en materiales plásticos. Su responsable es Tom Peters, diseñador jefe. Han conseguido un Cx de 0,28, el mejor de todos los tiempos y ha supuesto, según sus palabras «tanto un sueño como un desafío». De esta manera combina el aspecto ya clásico de su largo y afilado morro y zaga recortada con los nuevos faros delanteros a la vista que proporcionan la mejor aerodinámica de día y de noche. Es una solución abandonada en 1962 y que ha acarreado muchas controversias y noches en vela a los diseñadores. Acabaron optando por los faros descubiertos por su funcionalidad y eficacia. Son más ligeros que los cubiertos, menos complejos y ofrecen mejores prestaciones de iluminación. Están integrados en una estructura de policarbonato, las lentes de cruce son de xenón mientras que las de carretera son halógenas de tungsteno. Los pilotos traseros utilizan leds. Destaca en la parte frontal, además, la estrada de aire para el radiador. En el anterior modelo todo el aire entraba por la zona inferior, como ya ocurría en en C3, mientras que en el modelo actual se divide el flujo de entrada de aire en un 60% delantero y un 40% inferior. Un giño al C1 ha sido ocultar las manetas de apertura exterior de las puertas. Ya no hay «gatillos» escamoteados, un transponder en la llave emite una señal de radio que permite la apertura y el posterior arranque del motor. Bajo el capó, que sigue abriéndose desde el parabrisas, encontramos un renovadísimo Small block, LS2 -el del C5 era el LS1-. Se han fabricado más de 60 millones de motores Small block desde que se estrenara en el Corvette C1 de 1955 y ha sido y es utilizado por numerosos modelos de GM. Ahora es completamente de aluminio y se ha mejorado el sistema de lubricación que además cuenta con cárter seco. Cuenta con mayor carrera -101,6 mm- del pistón lo que aumenta la cilindrada hasta 5.967 cc por lo que es uno de los de mayor cilindrada. Colectores de admisión plásticos y de mayor longitud, de escape un 33% más ligeros, bobinas de encendido más eficaces y mucho detalles más han conseguido que estemos ante uno de los mejores motores de la saga. Desarrolla 404 CV a 6.500 rpm y un par máximo de 55,7 mkg. a 4.400 rpm. Mantiene las dos válvulas por cilindro - con un diámetro de 50,8 mm las de admisión y 39,4 mm las de escape- y un único árbol de levas situado en medio de la V, dispuesta a 90º. Monta cajas de cambio Tremec manual de seis marchas u Hydra-Matic automática de 4. Ambas optimizadas con respecto a la generación anterior para aguantar las mayores prestaciones. A nuestro mercado, además, llegan con radiador para el aceite. Con un peso 1.508 kilos el Coupé y 1.517 el Cabrio es capaz de alcanzar 300 km/h de punta. Volvemos a estar ante un nuevo récord. Dada esta velocidad máxima una de las principales preocupaciones de los ingenieros ha sido optimizar la aerodinámica. Así, han trabajado en conjunto con los ingenieros de competición que desarrollaron el C5R que ganó las 24 Horas de Le Mans. La aceleración de 0 a 100 se completa en 4,1 segundos con cambio manual y en 4,2 con el automático. El empuje es soberbio. Mantiene el esquema de suspensiones ideado ahora hace 42 años por Duntov, mantiene el esquema transaxle y ofrece un comportamiento digno de un deportivo. En el interior las últimas tecnologías se dan la mano con los refinamientos de confort y las aptitudes deportivas en un habitáculo que ofrece espacio holgado para dos pasajeros y un maletero con capacidad para dos bolsas de golf. Al maletero se accede desde el habitáculo y en él se guarda, con suma facilidad, el techo desmontable. Frente al conductor puede aparecer la información proyectada en el parabrisas, como ya hiciera la anterior generación. Pero ahora ofrece dos modos de funcionamiento y puede marcar hasta los G de aceleración lateral. El equipamiento de serie es más completo que un kit de supervivencia y sólo deja en opción elementos a destacar como el navegador o el paquete de altas prestaciones Z51. Es, sin lugar a duda, el Corvette mejor fabricado y el más avanzado.
domingo, 28 de septiembre de 2008
sábado, 27 de septiembre de 2008
dodge
En 1901, John Francis Dodge y Horace Elgin Dodge trasladaron su fábrica Brothers Bicycle & Machine Factory a Detroit (Michigan, Estados Unidos) desde Windsor (Ontario, Canadá), donde construían piezas para automóviles. Sus rodamientos y otras piezas estaban en demanda con la temprana industria automovilística y ayudaron en el diseño de partes del motor para los primeros autos Oldsmobile.
En 1902, los Hermanos Dodge se unieron a Henry Ford, quien buscaba ayuda para financiar su propia compañía automovilística. Ellos ayudaron al comienzo de la Ford Motor Company así como en la fabricación de piezas para los primeros Ford, consigiendo un beneficio mutuo tanto Ford como los Hermanos Dodge. Ya en el 1913, casi todas las piezas de Ford (chasis, suspensión, frenos, motores, transmisiones, etc.) fueron construídos por Dodge.
En 1914, los Hermanos Dodge emprendieron su propia compañía de autos, a la que dieron el nombre de Dodge Brothers Motor Vehicle Company, eligiendo a 50 distribuidores en principio para cientos de sus aplicaciones, algunos de los cuales continúan hoy. En ese primer año, Dodge introdujo el "Old Betsy", un coche construído para ser confiable y de larga duración. En ese año, Dodge construyó un total de 249 coches nuevos. En 1917, los Hermanos Dodge comenzaron a construir también motores para camiones, en principio para uso del Ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, y al final de la guerra de modo comercial.
En 1925, la Dodge Brothers Company fue adquirida por Dillon, Read & Company por unos 148 millones de dólares estadounidenses, que, según se dice, fue la transacción en efectivo más grande de la historia hasta ese tiempo. Dillon Read, a su vez, vendió Dodge a la Compañía
En 1902, los Hermanos Dodge se unieron a Henry Ford, quien buscaba ayuda para financiar su propia compañía automovilística. Ellos ayudaron al comienzo de la Ford Motor Company así como en la fabricación de piezas para los primeros Ford, consigiendo un beneficio mutuo tanto Ford como los Hermanos Dodge. Ya en el 1913, casi todas las piezas de Ford (chasis, suspensión, frenos, motores, transmisiones, etc.) fueron construídos por Dodge.
En 1914, los Hermanos Dodge emprendieron su propia compañía de autos, a la que dieron el nombre de Dodge Brothers Motor Vehicle Company, eligiendo a 50 distribuidores en principio para cientos de sus aplicaciones, algunos de los cuales continúan hoy. En ese primer año, Dodge introdujo el "Old Betsy", un coche construído para ser confiable y de larga duración. En ese año, Dodge construyó un total de 249 coches nuevos. En 1917, los Hermanos Dodge comenzaron a construir también motores para camiones, en principio para uso del Ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, y al final de la guerra de modo comercial.
En 1925, la Dodge Brothers Company fue adquirida por Dillon, Read & Company por unos 148 millones de dólares estadounidenses, que, según se dice, fue la transacción en efectivo más grande de la historia hasta ese tiempo. Dillon Read, a su vez, vendió Dodge a la Compañía
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